El uso de sus ojos no perjudica a su DMAE y puede ver la televisión, leer, usar el ordenador… y realizar todas las actividades que desee sin que eso produzca un empeoramiento de su visión. Muchas personas piensan que usar los ojos produce “un desgaste” y la realidad es que no es verdad.
Aunque no se ha podido demostrar con rotundidad, parece recomendable protegerse de los efectos del Sol en la medida que podamos. Nuestro mejor aliado pueden ser unas gafas de sol homologadas con la patilla ancha para que protejan de la entrada de radiaciones ultravioletas por el lateral de la cara.
Las revisiones oftalmológicas en pacientes con antecedentes familiares suelen ser muy adecuadas porque, con un simple vistazo al fondo de ojo, pueden diferenciarse signos incipientes de DMAE que nos hagan tomar una actitud más vigilante en un paciente que no nota ninguna alteración en la visión.
En las guías de la Sociedad Americana de Oftalmología se recomienda instruir a los pacientes sobre los síntomas que indican una posible aparición o progresión de la enfermedad como son la pérdida brusca de la visión, los defectos centrales o la distorsión de la visión, la dificultad para la lectura o la visión de relámpagos o de luces (fotopsias). Todos ellos indican una afectación de la mácula en uno u otro sentido y, aunque no se trata de una emergencia, sí es una urgencia oftalmológica.
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